Una hermosa sonrisa no se percibe sólo en tus labios, sino también en la presencia de magníficos y saludables dientes, que dan a tu sonrisa el toque perfecto; son tu carta de presentación.
Dientes blancos y relucientes son un reto permanente que se puede conseguir a diario con el cepillado después de cada comida, el uso de seda dental y en promedio cada dos meses, limpieza dental, y que en nuestra Clínica Inboca de Alicante tenemos en cuenta siempre.
Sin embargo, en los últimos años, los irrigadores dentales son una tendencia que complementa de manera exitosa el cepillado para beneficio completo de tu boca.
¿Qué es un irrigador dental?
Es un aparato ideal para la limpieza diaria de tus dientes y tu boca. Es el complemento ideal del cepillado, no un sustituto de él. Funciona al dirigir hacia la encía un chorro de agua a presión que al lavarla consigue eliminar restos de comida y placa bacteriana acumulada, accediendo a zonas que con el cepillo no se logra y obteniendo excelentes resultados.
Puedes usarlo después del cepillado y del uso del hilo dental, ya que el cepillo limpia, el irrigador extrae residuos y pule y el hilo, perfecciona la limpieza. El irrigador tiene diferentes boquillas para distintos tipos de trabajo y presión, con lo cual podrás escoger el que más se ajuste a tus necesidades y características.
Beneficios del irrigador dental
- Reduce el nivel de placa bacteriana en los dientes, con lo que podrás evitar la caries y el sarro dental.
- Permite masajear suavemente las encías logrando que se reduzca su inflamación y sangrado.
- Al utilizarlo da una increíble sensación de limpieza, y si lo combinas con otras soluciones bucales, te dará sensación de frescura casi todo el día.
- Elimina el mal aliento y podrás tener una boca limpia con aliento fresco.
- Elimina manchas de la superficie de tus dientes haciéndolos lucir más blancos y saludables para una sonrisa radiante.
- Es ideal si utilizas aparatos de ortodoncia o implantes y coronas, pues te permite lograr una limpieza completa.
- Mejora la limpieza de bolsas periodontales, ese espacio entre la encía y el diente donde se acumulan bacterias hasta debajo de la encía.
- Es muy fácil de usar por cualquier persona de cualquier edad. Incluso es ideal para incentivar en los niños en el hábito de cuidar y mantener limpios los dientes.
- Es económico, altamente efectivo en sus resultados y complementario del cepillado normal que garantiza una limpieza completa. Los precios varían según las características del aparato, pero en general no es costoso y al ser duradero y muy útil, realmente sentirás que estás invirtiendo en tu salud.
- No necesita instalaciones; no ocupa un gran espacio y requiere un mantenimiento básico.
- No tiene contraindicaciones, incluso ni por edad. Sin embargo si padeces de algún problema dental considerable, es sano consultar antes a tu odontólogo para verificar que el uso del irrigador te beneficiará.
- El mercado te ofrece variedad de modelos según tu necesidad. Algunos son portátiles, con microburbujas, otros con varias boquillas acorde a tu problema dental, otros con control de presión y depósitos de agua de tamaños diferentes, entre muchas otras bondades. Hace años sólo se usaba en la consulta odontológica, pero ahora en el mercado se consiguen fácilmente para llevarlo a casa.
Previene las enfermedades dentales
Si sufres de sensibilidad dental, es decir presentas dolor en los dientes cuando ingieres bebidas muy frías o muy calientes, el irrigador dental junto con el cepillado normal, te ayudarán mucho, pues en ocasiones el uso del hilo dental te lastima y ocasiona sangrado por la sensibilidad.
En esos casos el irrigador sería ideal.
Aunque para ello hay que saber usarlo, te damos las pautas de cómo utilizarlo, a continuación:
- Primero cepilla tus dientes de la manera tradicional con tu crema o pasta dental.
- Luego usa el hilo dental.
- Llena por completo el depósito del irrigador ya sea con agua, con enjuague bucal o con alguna solución bucal.
- Coloca la boquilla y procede a introducir el irrigador en tu boca.
- Enciéndelo y dirige el chorro de agua directamente a las encías y entre los dientes. No olvides que en cualquier momento lo puedes parar y regular la presión.
- Una vez usados el depósito del irrigador y la boquilla, lávalos y sécalos muy bien para la próxima ocasión de uso.
- Utilízalo en promedio durante uno o dos minutos al día, este es el consejo del equipo de expertos de Clínica Inboca.