Es importante conocer cómo y cuándo hacer una correcta limpieza dental con el fin de mantener una boca saludable. Para lograr una higiene correcta en esta zona tan delicada, no basta con limitarse al cepillado diario de los dientes, sino que hay que seguir una serie de recomendaciones, que se basan en unos datos fundamentales que conocerás en este artículo.
La función del equipo de la Clínica Inboca de Alicante, no es otra sino la de hacer saber a los pacientes que la prevención es casi tan importante como la intervención, en los casos en los que sea posible, y en la higiene oral es posible prevenir todo tipo de enfermedades periodontales y de caries.
QUE SE DEBE SABER SOBRE LA HIGIENE DENTAL…
Una limpieza dental cada año
Una vez al año, o incluso dos, es lo que aconsejan los odontólogos acerca de las limpiezas dentales. Es un procedimiento básico y sencillo que pretende eliminar las bacterias que inevitablemente se van acumulando, para así evitar que se formen grandes capas de sarro en los dientes, o en los espacios interdentales.
Diagnóstico de la salud bucal
En el caso de que creas que es momento de realizar la limpieza dental, porque resulta que han transcurrido más de seis meses desde la última intervención, el odontólogo revisará primero las condiciones de todos los dientes, para comprobar que no sea necesario hacer otro tipo de tratamiento más profundo en algún diente en específico o en las encías.
Para ello, el especialista aplicará una solución con la que determinará si existe sarro, gingivitis, caries o periodontitis, según el diagnóstico y exploración previa, y así, éste decidirá si lo más conveniente es la limpieza o si se debe acudir a otros métodos para tratar estas infecciones, y luego continuar con la limpieza dental.
Eliminación de la placa bacteriana
La placa bacteriana, mejor conocida como sarro, se puede eliminar con la limpieza dental profesional. Para ello se utiliza una herramienta llamada cureta, que se emplea en las líneas de las encías especialmente.
Es una operación que causa algo de sangrado, sin embargo esto no implica grandes malestares porque el odontólogo va limpiando los restos que resultan, y luego los espacios entre los dientes con un cepillo dental, la mayoría de las veces eléctrico.
Pulido de las piezas dentales
Además de ser un proceso con el que se eliminan las bacterias de los dientes y encías, el odontólogo aprovecha estas ocasiones para pulir los dientes, de modo que no queden rugosos, sino lisos, y de igual forma procurar blanquear los restos de manchas ocasionadas por distintas sustancias como el alcohol o las infusiones, pero también otros hábitos como el cigarrillo, que suelen dejar el esmalte con colores desagradables.
Un bicarbonato especial en este procedimiento, es lo ideal para contrarrestar la formación de manchas. Hay quienes en casa intentan mezclarlo con limón o sal, no obstante, lo más prudente y aconsejable es que sea un dentista el que se encargue de aplicar esta solución.
QUE LIMPIEZA DENTAL ELEGIR
Para determinar cómo hacer la limpieza dental, es fundamental conocer las condiciones de cada boca, porque por supuesto, cada una es distinta.
Según las necesidades de los pacientes, el dentista elegirá sus instrumentos adecuados siempre a la profundidad del estado de la boca. Por ejemplo, la higiene manual es el primer paso a seguir porque con sus instrumentos revisará la superficie de cada diente, tanto en el interior como por encima de las encías.
Cuando el sarro no está tan endurecido, suele bastar con utilizar la cureta y remover la placa bacteriana. Hay pacientes que llevan un control de su salud bucal y cuando asisten al odontólogo son suficientes los instrumentos manuales para quitar el sarro.
De lo contrario se emplea la higiene con equipos ultrasónicos que producen vibración, que actúan más rápido en la eliminación del sarro, sin que ninguno de los dientes resulten dañados.
Por otro lado, se encuentra el curetaje, una intervención más profunda que empieza por debajo de la línea de las encías, con el fin de llegar hacia la raíz de los dientes, y así tratar los tejidos enfermos más difíciles de alcanzar.
Además de la higiene bucal que proporciona, la importancia de la limpieza dental radica en que el esmalte de las piezas dentales se ven reforzados y protegidos, al igual que se evita que se acumulen bacterias dentro y fuera de las encías.
Por ello, las visitas frecuentes al dentista reforzarán la higiene que tú en casa también puedes procurar, cepillando tus dientes tres veces al día, y utilizando con regularidad el hilo dental para limpiar los restos de comida que se van quedando.